Una oscura e insondable marea
de vanidad infinita,
un misterio, y un sueño,
tal pudiera parecer mi juventud;
y dicho sueño estaba poblado
de turbulentas e insomnes imágenes
de seres que habían existido
y que mi espíritu nunca había conocido.
¡Ojalá les permita desvanecerse,
como onírica visión!
Que ninguno de ellos herede
tal percepción de mi espíritu,
los pensamientos que deseo gobernar,
como hechizo en su alma;
pues, finalmente, tal luminosa esperanza
y tal luminoso tiempo se han desvanecido
mi mundanal sosiego desapareció '
como desaparece un suspiro:
En nada me ocupa, aun cuando se agoste
con el pensamiento que entonces estimara.