Elisabeth, inútil es que digas «No te amo»,
–Lo dices, sin embargo, de un modo tan dulce–,
Inútiles tales palabras, vengan de ti o de L. E. L.,
Son ardides de Jantipa los que te obligan;
¡Ah!, si el lenguaje tal naciese de tu corazón,
Brisa no menos dulce que tus ojos velase.
Endimión, recuerda, cuando la Luna
Tentó de sanar su amor, y de todo lo sanó,
–Humo, locura y pasión–, así expiró.
USO DE COOKIES
Utilizamos cookies propias y de terceros con fines estadÃsticos y para mejorar la experiencia de navegación. Al continuar con la navegación, entendemos que aceptas su uso.
Puedes obtener más información y conocer cómo cambiar la configuración en nuestra
PolÃtica de cookies