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A mi madre

1. A mi madre

Porque sé que allá arriba, en los cielos,

los ángeles, que se susurran unos a otros, 

no pueden hallar, entre afectuosas palabras de amor,

ninguna tan piadosa como la de «Madre», 

por tal razón con tan caro nombre te he llamado,

a ti, que eres más que madre para mí,

que llenas lo más secreto de mi corazón, donde la Muerte te alojó

cuando fue libre el espíritu de Virginia. 

Mi madre, mi propia madre, que pronto murió, 

no fue sino mi madre, mas tú 

eres la madre de aquella a la que amé, 

y por tal razón más querida que la madre que conocí,

por aquella infinitud con que mi alma 

quiso más a mi esposa que a su propia vida como alma.

 

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