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¡Misteriosa estrella!

1. Misteriosa estrella

¡Misteriosa estrella!,

tú que fuiste mi sueño,

una noche de verano

¡sé ahora mi tema! 

Próximo a esta corriente clara

de ti escribiré; 

mientras, de lejos,

me cubres con tu luz.

 

Tu mundo no tiene la ruindad del nuestro,

la belleza toda y todas las flores 

cubren nuestro amor y engalanan

glorietas de ensueño, donde reposan

damas de ensueño, siempre,

mientras argénteas corrientes de la Circasia

sobre lechos de violetas se desvanecen.

 

Menudas, ¡oh, menudas!, en ti habitan

tal como en la tierra se aprecia:

los ojos de la Belleza son los más azules

los más falsos y los más inciertos; 

sobre la suave brisa se mece

la más triste y solemne nota;

si contigo se quiebran los corazones,

y se aleja, calma, la alegría,

el eco permanece

como el rumor del mar en la concha.

¡Tú! La pena más verdadera

es como la hoja que, suave, cae.

¡Tú! Tu coraza es tan sagrado

dolor que no es melancolía.

 

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